Muchas veces, las personas se ven en la situación de tener que firmar como avalistas de préstamos o créditos para familiares o amigos cercanos. Aunque en un principio esto puede parecer una muestra de apoyo y confianza hacia la otra persona, es importante tener en cuenta las posibles consecuencias a largo plazo.
El aval implica asumir la responsabilidad de pagar la deuda en caso de que el deudor principal no pueda hacerlo. Esto significa que, si la persona a la que avalamos incumple con sus compromisos financieros, nosotros nos veremos obligados a hacer frente a esas deudas. Esto puede tener un impacto negativo en nuestra situación financiera, incluso llegando a comprometer nuestra estabilidad económica.
Por esta razón, es fundamental tomar ciertas precauciones y seguir algunos consejos para evitar heredar deudas:
1. Evaluar la situación: Antes de aceptar ser avalista, es importante evaluar cuidadosamente la capacidad de pago y la responsabilidad financiera del deudor principal. Si la persona tiene antecedentes de impagos o una situación económica inestable, es mejor evitar avalar su préstamo.
2. Establecer límites: Si decides avalar a alguien, es fundamental establecer límites claros desde el principio. Por ejemplo, puedes acordar que solo avalarás una determinada cantidad de dinero o que solo serás avalista por un período de tiempo concreto.
3.
Mantener un control financiero: Es importante mantener un seguimiento de la situación financiera del deudor principal y estar al tanto de sus pagos. Si detectas algún problema o señal de que no está cumpliendo con sus obligaciones, es fundamental actuar de inmediato para evitar que la deuda se acumule.
4. Buscar alternativas: En lugar de avalar, es recomendable buscar alternativas para ayudar a la persona que necesita el préstamo. Puedes ofrecer apoyo económico de otras maneras, como prestarle dinero directamente o ayudarle a encontrar otras fuentes de financiamiento, como programas de ayuda o préstamos con garantías diferentes al aval personal.
5. Conocer tus derechos y obligaciones: Antes de firmar como avalista, es crucial conocer en detalle los derechos y obligaciones que esto conlleva. Asegúrate de entender plenamente las implicaciones legales y financieras de ser avalista y, si es necesario, busca asesoramiento profesional para tomar una decisión informada.
Embargan primero al deudor o al aval
En general, el embargo se lleva a cabo primero sobre el deudor antes de dirigirse al aval. Esto se debe a que el deudor es la parte principal responsable de la deuda y, por lo tanto, se le exige cumplir con las obligaciones establecidas en el contrato. Si el deudor no paga, se puede proceder al embargo de sus bienes para asegurar el cumplimiento de la deuda.
Sin embargo, en algunos casos, puede ser posible que se embarguen los bienes del aval antes que los del deudor. Esto ocurre cuando el aval se compromete a responder por la deuda en un contrato de aval y se establece expresamente en dicho contrato que los bienes del aval pueden ser objeto de embargo antes que los del deudor.
Aval personal desaparece tras muerte
Cuando una persona fallece, su aval personal desaparece automáticamente. Esto significa que cualquier responsabilidad financiera que haya asumido como avalista dejará de existir. No hay ninguna obligación para los herederos de asumir esta deuda o continuar con el aval. Es importante tener en cuenta que esto se aplica únicamente al aval personal y no a otros tipos de avales, como el aval bancario.
En conclusión, es esencial estar informado y ser consciente de los riesgos antes de aceptar ser avalista. Aprende a decir «no» cuando sea necesario y protege tu patrimonio. Recuerda que tu bienestar financiero es lo más importante. ¡No te conviertas en un heredero de deudas!